SOBRE EL LIVE DE INSTAGRAM DE BENNY HARLEM


Sábado  de madrugada. No es un sábado cualquiera. Es el sábado en que nos roban una hora de sueño, pero me va a dar igual porque sólo me entero al mediodía del día siguiente, y porque tampoco estoy soñando de momento. Si no fuera porque el reloj de manillas de la pared no cambia la hora automáticamente, tampoco me enteraría.  Otro sábado de otoño nos devuelven la hora.  Una manipulación del tiempo al antojo humano, que busca el ahorro energético.  Porque por un lado existe el paso del tiempo natural y por otro el convencional, el que está divido en unidades, siendo la más pequeña el segundo. Porque nadie cuenta en nanosegundo ni en décimas ni en milésimas de segundo.  Unos pocos segundos son los que tardo en pulsar al Live de Instagram de Benny Harlem. No me gustan los live, igual que tampoco me gustaron las historias de Instagram cuando surgieron. Me parece que crean escuelas de narcisistas por un lado y morbosos por el otro. Sin embargo el círculo rojo parpadeante en cuyo interior está la foto del modelo es una invitación demasiado jugosa para un sábado de madrugada en la cama.


Ahí sale él, en una habitación que por el fondo parece cutre, muy plana y con mala iluminación. Benny, sin embargo aparece sentado con un traje y encorbatado. La mirada se me va a lo más prominente: su afro estilo Bart Simpson, ni siquiera aparece entero en la pantalla. Lo primero que hago es escuchar su voz, y por qué me sorprende que sea una voz tirando a aguda. Está leyendo nuestros mensajes, para alimentar nuestro morbo. Le han pedido que cante. Está cantando el estribillo de “Butterfly”, ¡anda! Sabe de música, y de música negra. No canta mal, voy a lanzarle unos corazoncitos, porque es que además está bailando sentado mientras canta y me está animando.  Sabes cantar, babe. Le escribo. Sonríe mucho mientras lee los comentarios, no para de decir I love you too, I love you sweetheart, ¡Qué bien cantas!, le alabo. Awwww thank you, sonríe de oreja a oreja. No me lo habrá dicho a mí. Las tienes locas, me voy a dejar el pelo como tú, acierto a ver que es un chico negro quien escribe entre cien chicas. Por favor, cásate conmigo. De dónde eres? Soy de NY, nací en Harlem . Qué original de ahí que se haga llamar Benny Harlem. No hace más que sonreir. ¡Ahhh! hoy mi pelo está…no está bien. Dios mío, está haciendo aspavientos con ese metro de masa capilar silvestre, lo intenta enseñar mientras menea la cabeza, me parece que esa masa vertical va a salir de la pantalla del móvil y me va a golpear brutalmente la cara. Esa es la sensación angustiante que tengo por unos segundos. Vale, es coqueto, vanidoso, y ahora fijándome más en su cara me doy cuenta que no sonríe tanto como yo pensaba sino que sus ojos son achinados y da la impresión errónea de que se le achinan al sonreír. Son tan achinados que cuesta ver sus pupilas. Y los labios tampoco deben ser tan voluminosos como parecen, es un efecto del contraste.

Ya han pasado unos cuantos minutos y creo que me he acostumbrado a sus rasgos faciales. Ahora pregunta él: Chicas, me gustaría que me respondierais a esta pregunta: ¿qué preferís? ¿un chico que diga tacos o uno que sea bien hablado? Una avalancha de bien hablado inunda la pantalla. Algunas argumentan. Si es bien hablado demuestra que tiene vocabulario. Yo escribo, los dos, depende-. Ya veo, preferís bien hablado… Los dos, buena respuesta. Perdona, ¿es a mí? Es mi respuesta. Soy la única que ha escrito eso, me estaba contestando a mí. Yo creo que es mejor ser bien hablado porque demuestras…ser una persona con vocabulario. Pero tío, no te apropies de lo que ha contestado alguien. No parece que tenga muchas luces, eso sí, simpático es un rato. Sigue con los I love  you too, dice muchos y seguidos y está serio. Tiene 27 años, escribe una. ¿Por qué llevas traje?, le pregunto. Dónde está tu hija? Cuánto tiempo te has dejado crecer el peloNo puede leer con fluidez, se burla una. Tu mujer es muy afortunada. Tengo que dejaros ahora pero os quiero. Me voy a dormir gorgeous, le escribo y añado una carita de gallina azul, (color de gallina que no he visto en mi vida, todo sea dicho). En mi mente ya existe una relación ficticia, de ahí las confianzas.  Saludos a Brazil, ….Awww , eres muy dulce. Eso seguro que no me lo ha dicho a mí por la gallina. ¡Qué obsesión!. La sesión acaba y vuelvo a mi rutina de dar likes indiscriminadamente fots, dibujos, chistes, memes y frases inspiracionales; al rato parpadea el Live de Benny otra vez. Pues nada voy a cotillear, a ver qué se cuenta. Yo también estoy de vuelta, le escribo, ahora se recuesta y sonríe de foma más picarona. De repente me ha recordado a mi ex marido, los pómulos pronunciados y su manera de seducirme. Me da tal mal rollo que en cuestión de nanonsegundos abandono  la sesión, esta vez sin despedirme. Adiós Benny, ha sido un placer no conocerte. 

Comments

Popular posts from this blog